Ulises

Sus ojos sin hambre vieron estantes de latas: sardinas, coloridas pinzas de langostas. Todas las cosas raras que elige la gente para comer. Sacadas de conchas, litorinas con un alfiler, arrancadas de árboles, caracoles comen los franceses sacándolos del suelo, sacándolos del mar con cebo en un anzuelo. Los idiotas de los peces no aprenden nada en mil años. Si no lo conoces es peligroso meterse cualquier cosa en la boca. Bayas venenosas. Serbal de los pájaros. Una redondez que uno cree buena. El color chillón te avisa que no. Uno se lo dijo a otro y así sucesivamente. Pruébalo con el primer perro. Guiados por el olfato o el aspecto. Fruta tentadora. Helados en cono. Crema. Instinto. Los naranjales por ejemplo. Necesitan riego artificial. Bleibtreustrasse. Sí pero ¿y las otras, qué? Feas de ver como un grumo de flemas. Conchas sucias. El demonio abrirlas también. ¿Quién las descubrió? La basura, el agua de alcantarilla de que se alimentan. Champán y ostras de la Costa Roja. El efecto en lo sexual. Afrodisíaco. Él estuvo en la Costa Roja esta mañana. Fue él ostras pez viejo en la mesa quizá el es carne joven en la cama no junio no tiene erre nada de ostras. Pero hay gente que le gustan las cosas fuertes. Caza bien pasada. Liebre a la cazadora. Primero caza tu liebre. Los chinos comen huevos de hace cincuenta años, azules y verdes otra vez. Comida de treinta platos. Cada plato inofensivo podría mezclarse dentro. […]

Ulises, de James Joyce (traducción de José María Valverde).
Este fragmento es, como toda la novela, de difícil lectura y, a veces, rozando lo escatológico.

Garbanzos

Si tuviera que decir cuál es mi plato favorito seguramente diría que el cocido… o la olla gitana (ya aparecerá la receta). Lo que tienen en común esos platos es que el ingrediente principal es mi legumbre preferida: los garbanzos.

Podemos encontrar diversas variedades de garbanzos, el más conocido seguramente es el blanco lechoso, pero también hay otras como el castellano, el mexicano o el pedrosillano (que es bastante más pequeño).

Os aconsejo encarecidamente que utilicéis garbanzos secos: además de que podréis tener de distintas variedades, se pueden guardar durante muchísimo tiempo sin estropearse y es una opción mucho más ecológica (no más botes de vidrio) y económica.

Garbanzos

Consejos generales para cocinar garbanzos:

  • Los garbanzos secos debemos ponerlos en remojo durante 8-10 horas antes de utilizarlos.
  • Debemos tirar el agua donde los hayamos puesto a remojo, no se puede usar para cocinarlos.
  • Siempre los coceremos en agua con sal, lo que facilitará que queden más blandos.
  • Si tuviéramos que añadir agua en algún momento, tendremos que calentarla o al menos templarla previamente, si añadimos agua fría pueden quedarse duros.
  • Es normal que durante la cocción de los garbanzos aparezca espuma; la quitaremos con una espumadera antes de añadir más ingredientes.
  • Si usamos una olla rápida, el tiempo de cocción será de unos 15-20 minutos. En olla exprés tardarán cerca de una hora.

Información nutricional sobre los garbanzos:

Los garbanzos son legumbres ricas en proteínas (entre un 20/25% de su peso), almidón y lípidos, sobre todo de ácido oleico y linoleico. Constituyen además un aporte estupendo de fibra. Para hacer más completa una comida con garbanzos es importante añadir arroz o pasta, de esa manera tendremos en un sólo plato todos los aminoácidos esenciales necesarios.

Y más información sobre los garbanzos en la Wikipedia.

¿La comida del futuro?

-Este chicle -prosiguió el señor Wonka- es mi último, mi más importante, mi más fascinante invento. ¡Es una comida de chicle! ¡Es… es… es… esa pequeña tableta de chicle es una comida entera de tres platos en sí misma!-¿Qué tontería es ésa? -dijo uno de los padres.-¡Mi querido señor! -gritó el señor Wonka-. ¡Cuando yo empiece a vender este chicle en las tiendas todo cambiará! ¡Será el fin de las cocinas! ¡Se acabará el tener que guisar! ¡Ya no habrá que ir al mercado! ¡Ya no habrá que comprar carne, ni verduras, ni todas las demás provisiones! ¡Ya no se necesitarán cuchillos y tenedores para comer! ¡No habrá más platos que lavar! ¡Ni desperdicios! ¡Sólo una pequeña tableta de chicle mágico de Wonka, y eso es todo lo que necesitará para el desayuno, el almuerzo y la cena! ¡Esta tableta de chicle que acabo de hacer contiene sopa de tomate, carne asada y pastel de arándanos, pero puede usted escoger casi todo lo que quiera!

Charlie y la fábrica de chocolate, de Roald Dahl.

Quien no haya leído Charlie no debe conformarse con ver la excelente película de Tim Burton. Leer este libro es un placer para todos los sentidos y desde luego, hay que aprovisionarse bien de chocolate para ir dando un bocadito de vez en cuando y evitar que pongamos las páginas hechas un asco cuando se nos caiga la baba ante la descripción de todas las golosinas de la fábrica Wonka. La edición que yo leí de pequeña está sospechosa y profusamente decorada por huellas de dedos ¡imprescindible la servilleta en la mano que no sostenga la onza de chocolate!

Y quien crea que es demasiado mayor para leerlo está muy equivocado. ¡Nunca se es demasiado mayor para leer un libro sobre chocolate!