Moros y cristianos

Ingredientes para los moros y cristianos:

  • 120 gr. de alubias negras (frijoles)
  • Un puñado de arroz o arroz integral
  • Una cebolla mediana
  • Medio pimiento verde
  • Un par de dientes de ajo
  • Orégano
  • Comino molido
  • Una patata pequeña (opcional)
Para dos personas
Dificultad: Baja
Tiempo de preparación: 20 minutos
Tiempo de cocción: 20 minutos
Moros y cristianos

1. Ponemos a cocer las alubias, que habrán estado a remojo unas 8-10 horas, con agua. Cuando el agua esté hirviendo, las pasmaremos: añadiremos agua fría a la olla. Así conseguiremos que las habichuelas estén blandas y se hagan antes. Es mejor hacerlo al menos un par de veces.

2. Mientras tanto, preparamos el sofrito: pelamos los ajos y los cortamos en láminas; pelamos la cebolla y la picamos muy fina y lavamos bien el pimiento verde y lo cortamos en trocitos pequeños.

3. Calentamos la sartén con un poco de aceite y echamos primero los ajos, les damos unas vueltas e incorporamos la cebolla. Sofreímos unos minutos hasta que esté transparente y añadimos el pimiento. Dejamos un par de minutos más y retiramos del fuego.

4. Si al cocer las alubias sale espuma, la quitamos. Pelamos la patata y la echamos cortada en cascos a la olla. Añadimos el sofrito.

5. Por último echamos las especias: una cucharadita de comino y dos (por lo menos) de orégano. Echamos un puñado de arroz y sal. Cerramos la olla y cocinamos unos 15-20 minutos.

¿Es el nombre de esta receta políticamente incorrecto? Es posible, aunque desde luego no voy a cambiar “moros” por “magrebíes” ni nada por el estilo. La primera vez que me hablaron de esta receta fue en Padrón, de boca de una vendedora de legumbres que sabía un rato sobre cómo cocinarlas y a mi me encantó el nombre. Lo que descubrí más tarde es que además de ser visualmente una combinación ideal, nutricionalmente es de lo más acertado: mezclar legumbres con arroz hace que la comida sea mucho más completa. Nuestros antepasados sabrían poco de calorías y aminoácidos, pero sí que tenían claro lo que era bueno para el cuerpo.

Foto: Javier García