Lo que él prepara para cenar es ciertamente muy simple: anchoas sobre un lecho de tagliatelle con salsa de champiñones. Deja que sea ella quien trocee los champiñones. Por lo demás permanece sentada en un taburete, viéndolo cocinar. Cenan en el comedor, él abre una segunda botella de vino. Ella devora la cena sin recato. Un apetito muy sano para ser tan delgada.
– ¿Siempre cocinas para ti? ? le pregunta.
– Vivo solo. Si no cocino yo, no lo hace nadie.
– Yo odio la cocina. Supongo que debería aprender.
– ¿Por qué? Si de veras lo odias, cásate con un hombre que sepa cocinar.
Desgracia de J. M. Coetzee.
¿Desgracia? no lo creo. Me siento muy afortunada por haber encontrado tu blog. Excelentes fotos y excelentes recetas.
Un saludo.
Hola Juan Ignacio. Leí un escrito tuyo en el blog noveno-arte.com sobre un libro de Süskind: Un combate y otros relatos. Te quise seguir la pista hasta acá porque tengo un pequeño problema, quiero ese libro, pero ya no lo publican. He conseguido casi todos los cuentos, pero me falta una página de uno. Quiero ver si me podrías hacer favor de alguna forma hacerme llegar una copia.
Te estaría eternamente agradecia.
Mi mail creo que se publica, si no es este: dcf_br@yahoo.com
Saludos!
Hola, Silvia, gracias por tus comentarios (y por el enlace que has puesto en tu blog).
Cuenta con un nuevo visitante para “Mi dulce tentación”.
Hola, Daniela, lo siento, pero no puedo ayudarte.
No tengo ese libro (si lees con detenimiento la entrada en cuestión en que aparecía el fragmento, verás que indicaba que lo había copiado de los comentarios de otro blog).
Supongo que por librerías de segunda mano y ocasión no será especialmente dificil encontrarlo.
Saludos.