Día del libro. Los placeres de la cocina

Podría cocinarme algo aquí en casa. Trabajar algunas horas y, luego, preparar un buen plato, eso me relaja. Por ejemplo, unas côtes de veau Foyot: carne de por lo menos cuatro centímetros de grosor, porciones para dos, por supuesto, dos cebollas de tamaño mediano, cincuenta gramos de miga de pan, setenta y cinco de queso gruyère rallado, cincuenta de mantequilla, se pica la miga hasta hacer un pan rallado que se mezcla con el gruyère, luego se pelan y trituran las cebollas, se funden cuarenta gramos de mantequilla en un cacito pequeño mientras en otro se pondrán a dorar las cebollas con la mantequilla sobrante, se cubre el fondo del plato con la mitad de las cebollas, se salpimienta la carne, se la coloca en el plato y se añade el resto de la cebolla a un lado, se cubre todo con una primera capa de miga con queso haciendo que la carne se pegue bien al fondo del plato, se vierte la mantequilla fundida y se aprieta ligeramente con la mano, se pone otra capa de miga hasta formar una especie de cúpula sin dejar de añadir mantequilla, se empapa bien con vino blanco y caldo, sin sobrepasar la mitad de la altura de la carne. Se pone en el horno durante media hora, sin dejar de humedecer con vino y caldo. Se acompaña con coliflor salteada.
Lleva un poco de tiempo, pero los placeres de la cocina empiezan antes que los del paladar, y preparar quiere decir pregustar, como estaba haciendo yo, todavía remoloneando en la cama.

El cementerio de Praga, de Umberto Eco.

Una Respuesta a “Día del libro. Los placeres de la cocina”

  1. QUe razon tienes Pilar! A l@s que nos gusta cocinar lo disfrutamos desde antes de comprar los ingredientes! Felices Fiestas guapa!

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